Martín trataba de mantenerse contento: pese a todo era una medalla de plata panamericana, conseguida en su país, con su familia y sus amigos que lo apoyaron en todo momento. Catalina, en cambio, no tuvo que hacer muchos esfuerzos para mostrarse feliz: su propia medalla de plata estaba más allá de los cálculos iniciales. Cristóbal Vidaurre y Sylvia Kossmann, sus padres, lloraron con los dos, acompañando a cada uno en sus propios sentimientos.
Martín y Catalina Vidaurre Kossmann, de 23 y 22 años, tuvieron su gran día en las pruebas de ciclismo de montaña, este sábado 21 de octubre en los cerros de San Carlos de Apoquindo, donde aportaron, de hecho, los dos primeros podios para Chile en los Juegos de Santiago 2023.
El primero en salir a la pista del mountain bike fue Martín, aleonado por su historial deportivo reciente y la presencia de sus amigos. Ganó el bronce en Lima 2019 y llegaba con el título de campeón mundial Sub 23, además de la experiencia conseguida como miembro del equipo que lo contrató en Alemania para ser parte de sus filas: Lexware Mountainbike Team. Pero sus esperanzas de gloria se toparon con la sólida presentación del canadiense Gunnar Holmgren, que al final se quedó con el primer lugar. “Se me escapó la de oro, era lo único que quería. Luché con lo que pude, me quedé con lo puesto. Me cuesta estar acá. Hice todo lo que pude, todo el año me preparé de la mejor manera, me llegue a emocionar en la mañana cuando llegué acá. Se me escapó la medalla al final, intenté controlar la carrera pero hay que ser realista. Hice todo lo que pude. Estoy muy emocionado”, dijo Martín tras cruzar la meta, todavía afectado por el resultado.
Luego fue el turno de Catalina, quien a tan solo siete meses de los Panamericanos debió enfrentar una enfermedad que perfectamente pudo dejarla fuera de competencia. Le detectaron trombos en los pulmones, fue hospitalizada y se perdió el Campeonato Nacional a causa de su duro diagnóstico médico. “A principio de año me tocó una enfermedad que ni yo creía que existía y fue en verdad muy triste. Yo pensaba que este año iba a ser todo perdido, el nacional tampoco fue como yo esperaba. Pero pasito a pasito yo me fui superando y estar aquí, competir aquí y ganar la plata fue irreal”, dijo Catalina después de su hazaña.
Los hermanos Vidaurre son entrenados por Jorge Cajigal hace más de cinco años. Con un doctorado en fisiología del deporte en España y veinticinco años de trabajo en el Laboratorio de Fisiología Luis Niedmann, del Centro de Alto Rendimiento de Santiago, Cajigal ha hecho de las ciencias del deporte y el ejercicio su bandera de trabajo, con especialidad en la práctica deportiva del endurance. El martes 16 de octubre a Martín y Catalina se les tomaron muestras de sangre, de lactato (marcador de los procesos metabólicos) y de su composición corporal (grasa, músculo y agua). ¿El resultado? “Ambos mostraban su máxima forma deportiva”, decía Cajigal.
El coach analizó luego las carreras y las medallas de los Vidaurre. De Martín: “Él es muy autoexigente y terminó 23 en el ranking mundial 2023 de la categoría superior. La propuesta era buscar el oro, pero el canadiense, más explosivo, supo colgarse a Martín y en el sexto giro cambió ritmo y se desprendió. Es muy posible que la presión de la localía lo puso ansioso y le pasó la cuenta, pero sumando y restando, la medalla de Plata es muy importante”. De Catalina: “Antes de la carrera, aunque estuvo dos meses en Europa, no estaba entre las favoritas para podio. Sorprendió a todos, incluidas sus rivales. Estaba tranquila y sin mucha expectativa, pero salió a buscar un buen lugar y dio buen resultado. Tiene mucho mérito porque viene saliendo de una enfermedad, que en marzo nos tenía a todos aterrados. Corrió dos competencias en Puerto Rico con los pulmones tapados, con trombos. Clínicamente cuesta entender cómo llegó a la meta y pudo seguir arriba de la bicicleta. Fue muy grave lo que tuvo, muy grave. Catalina es un ejemplo de éxito, superación y de salir adelante. Los médicos en un comienzo estaban muy pesimistas. Querían recomendar en cierta forma que se cambiara de deporte, pero que no siguiera en esto, porque la exponía a que pudiera volver a hacer trombos, pero nos fuimos dando cuenta que no era así y que podía seguir. Está fascinada. Todos estamos muy felices”.