Por Esteban Abarzúa
Históricamente, el periodismo de deportes ha sido subestimado por no cumplir con los estándares tradicionales de la profesión. Una aproximación reciente del investigador David Rowe (2007) sintetiza las críticas en la teoría del toy department: a causa de cierta frivolidad y falta de independencia en el tratamiento de sus noticias, la sección de deportes sería una especie de departamento de juguetes en las salas de redacción de los medios informativos. El espacio de las noticias donde nada es tan serio como para tomárselo en serio.
Un estudio reciente de la Universidad Diego Portales se hace cargo de algunas de estas sospechas en el medio chileno. “La performance periodística en la cobertura deportiva: un estudio comparado de televisión, radio y prensa impresa y medios online en Chile”, de Claudia Mellado y Andrés Scherman (2018). Con datos comparativos encima de la mesa, tomando en cuenta publicaciones periodísticas del año 2015, la investigación concluye que “los periodistas deportivos –en comparación con sus pares de Política– consultan un número menor de fuentes en cada una de sus notas, integran un número inferiorn de puntos de vista y presentan al público menos información verificable”. Por distintas razones, algunas de ellas relacionadas con la naturaleza de las fuentes y su acceso a ellas, el periodismo de deportes en la práctica se ha eximido de un reporteo más profundo y riguroso al momento de contrastar y verificar información.
Más preocupante, sin embargo, es el apunte que se hace en torno a los roles periodísticos: “La sección de deportes está liderada por la presencia del rol intervencionista y supera a la sección de política en el rol leal. La presencia de estos dos roles es consistente con algunas de las críticas recibidas por el periodismo deportivo en publicaciones anteriores. El alto nivel alcanzado por el rol intervencionista da cuenta de una elevada presencia de la voz de los periodistas, quienes en su trabajo informativo opinan, interpretan, hablan en primera persona, usan constantemente adjetivos y demandan soluciones. Se trata de un hallazgo en línea con la falta de un reporteo más riguroso y el uso de información comprobable (the toy department of news media). El nivel alcanzado por el rol leal también puede vincularse con otra de las críticas recibidas por el periodismo deportivo: su excesiva cercanía con las fuentes y el retrato positivo que se tiende a hacer de ellas”.
Descargar artículo de la Universidad Diego Portales