¿Te imaginas ser parte de una delegación de deportistas de alto rendimiento a los 57 años? Esta historia tiene un largo viaje migratorio a fines de los ochenta y un “descubrimiento” en plena pandemia. El Centro de Entrenamiento Olímpico se volcó a apoyar la increíble remontada de la nacida en China, que lleva más de la mitad de su vida radicada en Iquique y disfruta del cariño y la amabilidad de la gente.

Ver jugar a Tania Zeng (57) es como observar los roqueríos del mar, que resisten y resisten los embates de las olas. Se mueve con paciencia, le quita ritmo y efecto a los golpes rivales, espera sigilosamente su oportunidad de pasar al ataque. El público del Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) ovaciona a la nacida en China cada vez que obtiene un punto. La dolorosa derrota del dobles mixto en semifinales por cuatro sets a tres está latente en las gradas, pasó recién hace unos minutos. Para la pantalla y la nómina es Zhiying, para el corazón del tenis de mesa siempre ha sido Tania.

 

Todo se complicaba aún más cuando la dominicana Eva Brito, que tenía la mitad de su edad, le ganó los dos primeros sets. Sin embargo, apelando a su concentración, Tania lo dio vuelta y se quedó con cuatro mangas de forma consecutiva, mostrándose cada vez más suelta en sus movimientos. «Al principio estaba todo un poco apretado. Quiero mostrarme mejor, yo sé que en el público hay mucha gente que viene a apoyarme, anoche me mandaban mensajes. En el tercer set cambié el switch», reconoce Zeng, quien está contenta pero tranquila.

Llegó en 1989 a Chile y se radicó en Iquique, ciudad que le encanta, según ella, por su clima. «Hay playa, no hay lluvia, no hay frío, no hay calor y eso está muy bien», dice. Durante muchos años se dedicó al comercio y si bien jugaba tenis de mesa de forma amateur, fue recién en la época del apogeo del COVID-19 que decidió presentarse a unas pruebas del Team Chile. Pasó varias etapas de preselección, finalmente quedó y de inmediato se puso a competir.

En el Sudamericano de Tenis de Mesa organizado hace 4 meses, en Lima, Chile salió campeón del torneo. Tania aportó con dos medallas de plata en el singles y dobles femenino. Según cuenta Francisco Seijas, head coach de la federación chilena, llevan cinco meses entrenando seis horas al día en Europa. “En este momento ella está disfrutando, estamos aprovechando lo que nos está dando no solo en el aspecto de ganar o perder, sino como ser humano ha ayudado mucho al equipo y a las chicas”, declara.

En otras ocasiones ha mencionado que es su segundo país, por lo que era un momento especial debutar en los Juegos: «Me siento muy orgullosa representando a Chile. Mi familia es chilena, entonces estoy muy contenta». También, algo que le gusta es que «la gente es cariñosa y muy amable».

Tania cuenta que le fascina la comida chilena típica. ¿Su plato favorito? «El picante de guatita, no sé donde hay acá en Santiago, pero se come mucho en Iquique», comenta. Dice que suele celebrar con esa preparación cuando gana. Mientras defendía con uñas y dientes los embates de la jugadora dominicana, también oía los gritos de las tribunas. «Escuché fuerte los gritos de mi hijo. No me dijo ‘mamá’, me dijo ‘¡vamos Chile!'», añade.

En los pasillos del CEO siguen los gestos de asombro con su forma de resguardar cada punto. Si Tania hubiese estado en la puerta de Troya, quizás no habría caído.

Escrito por: Vicente Vásquez Feres en Santiago2023.org

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Por eabarzua

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